CLICK HERE FOR BLOGGER TEMPLATES AND MYSPACE LAYOUTS »

miércoles, 29 de octubre de 2008

Noches de lujuria II.


Sin esperar siquiera a que ella dejara el bolso en el perchero, él se lo quitó de las manos y tirándolo al suelo, le preguntó:
-¿Por dónde iba? -vio como ella bajaba la mirada hacia su escote-
Ah si, por aquí.
Y continuó
desabrochandole la camisa, botón tras botón, beso tras beso. Cuando por fin, la blusa y el sujetador salieron volando por detrás de ella él cojió uno de sus pechos con la mano mientras con la otra le cojía por el cuello y la acercaba a él.
-No vamos a llegar a la habitación cariño.
Ella casi no podía hablar, le faltaba el aire, aquel hombre la volvía loca.
-Me da exactamente igual. La verdad es que...
Se interrumpió cuando se dio cuenta de que estaba completamente desnuda. Sólo le quedaban puestas sus botas... Y él, él la estaba tumbando en el medio del pasillo, sobre la alfombra que su madre le había regalado. "Oh Dios, vamos a hacerlo aquí... verás cuando se lo cuente a
Carol".
Sintió su boca en su piel, su cuerpo contra el suyo... su boca y sus manos estaban por todos lados, mientras ella le besaba toda aquella porción de carne que se le acercaba. Cuando su boca caliente y húmeda se acercó a sus pezones ella no pudo menos que gritar de placer. Chupaba, succionaba, mordía sus pezones ya erectos mientras que con sus grandes manos le acariciaba el interior de los muslos y subía hacia los costados del cuerpo para acariciarlos, mientras que el dedo pulgar jugaba con su ombligo. Ella le pasó la mano por la melena negra.
-Mi indio-susurró.
A él le bastó con aquellas palabras para volverlo más loco de lo que estaba en esos momentos.
Quería saborearla toda, darle placer como nunca nadie antes lo hubiera hecho. Notó como los labios de él dejaban sus pechos y descendían hasta su vientre a la vez que volvía a acariciarle los muslos y le atormentaba el centro de su feminidad con leves roces de las yemas de sus dedos, más y más... Y luego, con su boca, descendió más hasta el lugar donde tenía puesta la mano. Ella arqueó su cuerpo caliente contra la alfombra, la pasión aumentaba mientras su lengua... Oh Dios su lengua... No podía respirar, y su pulso estaba muy acelerado, pensaba que en cualquier momento le iba a salir el corazón por la boca.
-Oh Dios... -gimió- yo... para -gimió.
No servía para nada,
asique se entregó y aceptó todo el placer que él le estaba dando. Gimió y le tiró del pelo mientras se movía debajo de él. Él le mordisqueo los muslos y la torturó con su lengua hasta que ni él ni ella pudieron más.
La levantó y la puso contra la pared, mientras le
cojía la pierna derecha y la situaba alrededor de su cintura.
-Y ahora, el indio y la india, cabalgan -dijo él con la voz ronca.
La empujó más contra la pared mientras la penetraba con tanta fuerza que ella trató de separarlo inútilmente, ya que su cuerpo se unió al de él, colocando la pierna que le quedaba libre también alrededor de él. Mientras tanto él empujaba con tanta fuerza que no le dejó otro remedio que cogerse al marco de la puerta del salón con una mano y con la otra a sus hombros. Él no dejaba de besarle,
mordisquearle los pechos ya que los tenía completamente expuestos a él.
En un momento, no sabia cual, él la tumbó sobre la mesa del salón, le soltó las piernas y ella lo agarró de la cintura para acompañar sus movimientos, mientras él le cogías las nalgas y la levantaba hacia él, cada vez más alto... Cuando ella sintió que él se arqueaba para su último movimiento, su propio cuerpo tembló con él, recibiendo a un hombre exhausto entre sus brazos.
Después de un momento, ella recordó donde estaban...
-
Ummmm -se oyó decir- ha sido la mejor cabalgada de mi vida.
-¿Nunca te han dicho que los indios son los mejores jinetes del mundo?-le preguntó
levantandose sobre un codo y mirándola a los ojos.
-Cariño, yo siempre me he fiado más de lo vivido.
-¿Si?
mmmmm -se quedó pensativo- ¿Nos vamos a la ducha?
Ella sonrió al ver su cara picarona.
-Vamos.
Él la
cojió en brazos con las piernas alrededor de él. Ella tenía que ir diciéndole por donde tenía que ir, pero él se paró para besarla y cuando comenzó a andar chocaron con una puerta, y riéndose entraron al baño.
Cuando estaban en la ducha, ella contra la pared, él
besándola y el agua corriendo por sus cuerpos... él dijo.
-
Ummmm, ¿sabes? Este siempre ha sido mi sueño.
Ella lo miró con su mejor sonrisa.
-Todos los sueños,
algún día se hacen realidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y esta historiaa Ö ?
moolaaaa :D

sigue escribiendoo putu :D

te quiero (L)

RAQUEL!

Anónimo dijo...

Wowwwwwwwww y luego necesitas mi ayuda perra?
Seguire leyendo jajaja